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Orar con los santos

Los Santos Reyes Magos

 

En el mes de enero se celebra la solemnidad de la epifanía la cual recuerda la visita de unos sabios venidos de oriente que se presentan ante Jesús niño. Según la tradición ellos vienen buscando al rey de los judíos que ha nacido en Belén. Son guiados por su estrella en el oriente y su intención es la de adorar a este rey.

 

Los tres reyes magos son, en la tradición, hombres que, no siendo del pueblo judío, reconocen en el signo de la estrella la llegada del Mesías que viene a realizar la salvación a todos los hombres. Por lo que una de las primeras virtudes que identificamos en estos hombres es la de la visión espiritual. Ellos descubren en una estrella una señal de Dios. ¡Cuántas veces en nuestra vida vemos signos y señales! Y ¡Cuántas veces somos capaces de captar en esas señales un mensaje de Dios para nosotros!

 

Una segunda virtud que podemos reconocer en los reyes magos es la de la adoración. Ellos, al ver la estrella y comprender que ésta les guiaría hasta el rey, la siguen hasta encontrarse con un niño a quien reconocen como el Mesías y lo adoran. Ellos nos enseñan una virtud muy bella que es la adoración. Esta adoración les implicó hacer un gesto muy concreto, el de postrarse. Postrarse implica el reconocimiento de la propia pequeñez en contraste con la persona que se tiene delante. Implica aceptar que no somos Dios, sino que somos creaturas pequeñas y limitadas. Solo si reconocemos esta verdad podemos postrarnos y adorar como lo hacen estos sabios de oriente.

 

Por último, una tercera virtud es la fe. El Evangelio de Mateo nos dice que ellos al ver a Jesús cayeron de rodillas, lo adoraron y abriendo sus cofres le ofrecieron: oro, incienso y mirra. La tradición explica el significado de estos dones. Oro por ser rey, incienso por ser Dios y mirra por ser hombre. Esto significa que hacen el más perfecto acto de fe. Creen en Jesús como Rey, Dios y hombre y por lo tanto lo adoran. Estos sabios nos enseñan a tener fe en Jesús que es nuestro Rey, nuestro Dios y hombre como nosotros.

 

Sirviéndonos del ejemplo de estos sabios de oriente quienes supieron tener una visión espiritual, adoraron a Jesús y creyeron en Él hagamos una oración en familia siguiendo esta guía.

 

Guía: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Nos reunimos en familia para aprender de los reyes magos y para pedirle a Dios que nos permita vivir nuestra vida cristiana siguiendo su ejemplo y sus virtudes.

 

Lector 1: «La estrella que habían visto en el oriente los guió (a los sabios), hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de una inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y, cayendo de rodillas, lo adoraron. Luego abrieron sus cofres y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.» Mt 2, 9-11

 

Lector 2: Los reyes magos nos enseñan a tener una visión espiritual. Aprendemos de ellos a descubrir los signos y señales que Dios nos manifiesta en nuestra vida cotidiana. Ellos tuvieron la capacidad para ver más allá de las meras coincidencias para descubrir la presencia de Dios y un mensaje para ellos.

 

Lector 3: Los reyes magos tienen una lección para nosotros con su actitud de adoración. Ellos, aunque eran grandes sabios de oriente, se humillaron y reconocieron su pequeñez delante de ese niño que es Dios. Se arrodillaron ante Él, pero sobre todo postraron su corazón reconociéndose pequeños y así lo adoraron.

 

Lector 4: Los reyes magos nos muestran el camino de la fe. Ellos, a través de la ofrenda del oro, el incienso y la mirra, reconocen a Jesús como Rey, Dios y hombre. Su fe nos enseña a hacer lo mismo en nuestra vida. A reconocer a Jesús como el Rey de nuestra familia. A dejarlo ser Dios en nuestra historia. Y a descubrir su cercanía por ser hombre como nosotros.

 

Se pueden dejar unos minutos de silencio para la meditación personal.

 

Oración:

Para que todos puedan participar en la oración es bueno tener una copia para cada miembro de la familia.

 

«Reyes magos de oriente, dirigimos esta oración en familia para que con su intercesión nos ayuden a crecer en visión espiritual, adoración y fe. Queremos seguir su ejemplo para presentarnos ante Jesús, en esta fiesta de la epifanía, con un corazón dispuesto como lo hicieron ustedes. Amén.»

 

Actividad simbólica:

Al terminar la oración hagamos un gesto en familia que represente nuestro deseo de crecer en una visión espiritual, en adoración y en fe a ejemplo de los Reyes Magos. Cada miembro de la familia puede escribir en un papel la virtud en la que desearía crecer en este año y, a ejemplo de los sabios de oriente, la pueden colocar a los pies del niño Jesús en el Nacimiento que se ha puesto en la casa como decoración. Mientras cada uno deja su papel se puede entonar un villancico navideño.



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