Orar con los santos
San Felipe Neri
El mes de mayo celebramos la fiesta del gran santo San Felipe Neri. Este santo, de origen florentino y familia acomodada, decidió dejarlo todo para servir a Dios sobre todo ayudando a los niños que se encontraban en la calle y que necesitaban de un buen guía, pastor y maestro.
San Felipe Neri dedicó su vida a hacer el bien a los demás. Permitió que el Espíritu Santo se introdujera en su corazón hasta ensancharlo de amor. Este ensanchamiento incluso fue físico. Cuando murió Andrea Cesalpino, el médico que le realizó la autopsia, se dio cuenta que San Felipe tenía un corazón más grande de lo normal que incluso le quebró dos costillas. Este fenómeno físico confirma lo que fue su vida. Una vida entregada por amor a Dios al servicio de los demás.
Este servicio a los demás se concretó en la ayuda a los niños abandonados de la ciudad de Roma a quienes les dio un hogar y una familia. Incluso mendigaba en las casas pidiendo dinero para sus chicos. Un día una persona en respuesta a su petición de bienes para los niños le dio una bofetada. Él le respondió: «Esto es para mí. Ahora dame algo para mis chicos». Su vida estuvo dedicada a hacer el bien a los más pequeños, indefensos y vulnerables que son los niños.
La manera en que quiso educar a los niños no fue con severidad, que era propio de la época en la que él vivió, sino que quería que esos niños crecieran en un ambiente de alegría. Era consciente de que los niños necesitaban jugar, reír y disfrutar la vida. Sabía que eran inquietos e incluso traviesos. Es por eso que los invitaba a ser buenos. Pero les decía: «Sed buenos… ¡si podéis!». De esta manera San Felipe Neri a través de su comprensión y bondad logró que muchos niños que antes estaban en la calle encontrarán un camino de bien que los condujera hacia Dios.
La fama de San Felipe y de su obra fue creciendo y llegó hasta ser considerado digno del honor del título de Cardenal. Sin embargo, su respuesta fue clara y contundente. Él tenía una meta y esa no era la gloria humana. Ante la invitación de ser Cardenal él respondió: «¡Prefiero el paraíso!». Dios escuchó sus ruegos y quizá no recibió el título de Cardenal pero si el título de Santo, es decir, aquel que alcanzó el paraíso.
Sirviéndonos del ejemplo de San Felipe Neri quien dejó que su corazón se ensanchara con la presencia del Espíritu Santo, se puso al servicio de los más pequeños y no quiso la gloria humana, sino que el cielo, hagamos una oración en familia siguiendo esta guía.
Guía: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Nos reunimos en familia para aprender de San Felipe Neri.
Lector 1: Espíritu Santo, en familia venimos a pedirte el mismo don que concediste a San Felipe Neri. El deseaba amar con el corazón de Dios, pero consciente de la pequeñez de su alma pidió el don del Espíritu Santo. Te pedimos que ensanches también nuestro corazón para que podamos amar y servir a los hermanos como los amas Tú.
Lector 2: Jesús Buen Pastor, te pedimos que, a ejemplo de San Felipe Neri abramos nuestro corazón a los hermanos necesitados. Que veamos en los que nos rodean a otros “cristos” que necesitan nuestro amor, cariño y comprensión. Que aprendamos de él a transmitir el mensaje cristiano de alegría y de paz a través de nuestro testimonio de amor.
Lector 3: Cristo, manso y humilde de corazón, te pedimos que aprendamos de San Felipe a no desear la gloria que viene del poder y la ambición humana. Que sepamos que hay una gloria más grande y esa es la de llegar al paraíso y ahí disfrutar de la vida nueva que nos ofreces Tú. Que nuestra gloria sea tu gloria y no queramos nada más, sino que como San Felipe Neri prefiramos el paraíso.
Se pueden dejar unos minutos de silencio para la meditación personal.
Oración:
Para que todos puedan participar en la oración es bueno tener una copia para cada miembro de la familia.
«San Felipe Neri, pastor y amante de los niños, te pedimos que en nuestra familia reine el amor de unos por los otros. Te pedimos que intercedas al Señor para que el Espíritu Santo habite en nuestra familia y la ensanche en amor. Te pedimos también que abras nuestros ojos a las necesidades de los más pequeños y vulnerables. Y finalmente pide a Dios que nos conceda la gracia de solo desear una cosa: el paraíso. Amén.»
Actividad simbólica:
Al terminar la oración cada uno puede hacer un dibujo de su corazón escribiendo dentro de él de qué manera puede crecer y ensancharse como se ensanchó el corazón de San Felipe Neri.