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El lenguaje de los números en la Biblia

 

Como se ha analizado en la revista de este mes la Biblia tiene una serie de simbolismos para comunicar un mensaje espiritual. En la Biblia para poder comunicar las verdades espirituales e invisibles se utilizan símbolos. Los símbolos son realidades que se pueden captar por los sentidos corporales que, por una relación directa, simbolizan algo invisible. Es por eso que se utilizan los números, entre otros símbolos, para transmitir un lenguaje teológico.

 

Introducción:

Un miembro de la familia leer en voz alta la siguiente introducción.

Nos reunimos en familia para comprender el valor simbólico de la Biblia que se expresa, entre otras maneras, a través del lenguaje de los números. 

 

Lectura:

Leer en familia el relato de la creación encontrado en el libro de Génesis capítulo uno y capítulo dos del versículo 1 al 4.

 

«Hagamos al ser humano a nuestra imagen y como semejanza nuestra… Dios creó al ser humano a su imagen, lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer… pasó una tarde, pasó una mañana: este fue el sexto día… Dios terminó en el séptimo día la obra que había hecho, y en ese día descansó de toda su obra.» Gn 1, 26.27.31; 2, 2

 

Meditación individual y familiar:

Se pueden servir de estas ideas para meditar sobre el texto antes leído.

 

El lenguaje de los números en la Biblia se puede encontrar de muchas maneras. Un texto que, de manera especial, utiliza los números para indicar una realidad teológica es el texto de la creación. Son varios los símbolos numéricos utilizados. En este artículo se analizarán algunos. En primer lugar, se encuentra al inicio del texto la frase: «en el principio» Gn 1, 1. Aunque no se menciona ningún número se da por hecho que es el primer momento. El número uno es el primero de los números y señala el inicio de las cosas. Utilizando este número de manera indirecta el autor sagrado nos está introduciendo a los orígenes de todo lo creado; al inicio.

 

Después el relato de la creación se ordena en una serie de días. Seis días son los utilizados para realizar la creación. La tierra, nos dice el texto bíblico, estaba sin forma y vacía. A lo largo de los seis días, Dios le va dando forma y la va llenando. El primer día le da la forma del tiempo, el segundo del espacio y el tercero del hábitat. Después el cuarto día llena el tiempo con el sol y la luna que marcan el día y la noche, el quinto día llena el espacio con seres vivientes y el sexto día llena el hábitat con la creación del ser humano.

 

El sexto día es creado el ser humano. El número seis es una cifra que representa la imperfección. Esto nos lleva a cuestionarnos ¿Por qué el autor sagrado coloca en el día seis la creación del ser humano? ¿No se supone que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios? ¿Por qué utiliza el número que simboliza la imperfección? La respuesta se encuentra en el séptimo día en el que el autor sagrado nos indica que Dios descansó y así instituye el Sabbat.

 

El Sabbat, séptimo día de la semana, es un día consagrado a Yahvé en el AT. El pueblo de Israel debe dedicar este día a la relación gozosa y festiva con su creador sin dejar que el trabajo lo distraiga de su relación con Dios. Es así como, en el día séptimo, el hombre deja de permanecer encerrado en la prisión del límite y de la imperfección representado por el número seis para entrar en el horizonte de Dios y de la plenitud a la que conduce la relación con Él representado con el número siete.

 

Este es un breve ejemplo de como en la Biblia se utilizan los números para explicar una realidad teológica. ¡Descubramos en la Biblia los mensajes que se nos presentan a través del lenguaje simbólico!

 

Se pueden dejar unos minutos de silencio para la meditación personal.

 

Oración:

Si se considera oportuno, se le puede sacar copias a la oración para que cada uno pueda participar mejor.

 

Dios bueno, haznos comprender que tienes un mensaje que revelarnos a través del lenguaje simbólico. Que descubramos en él tu manera de comunicar las más bellas realidades espirituales manifestadas a través de los símbolos. Abre nuestro entendimiento y concédenos el don de la sabiduría para comprender cada vez mejor los textos sagrados.

 

Compromiso:

 

Después de haber leído, meditado y orado con la Palabra de Dios ésta nos debe mover al compromiso. Busquemos ampliar nuestros conocimientos bíblicos a través de un libro, un curso, una clase o una conferencia. De esta manera podremos comprender mejor el mensaje que Dios tiene para nosotros y para nuestra familia.



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