La huella de Dios en todo lo creado
Iniciamos otro año con el deseo de encontrarnos con Dios a través de su Palabra. Orar en familia es una oportunidad para hacer que el Dios bueno se haga presente en nuestro hogar y lo llene de su bendición. En esta sección podrán encontrar una guía para orar con la Biblia en familia. El tema elegido para esta revista: la hermosa obra de Dios, nos da pauta para reflexionar a partir de la Palabra de Dios.
Introducción:
Un miembro de la familia leer en voz alta la siguiente introducción.
Nos reunimos en familia para contemplar y agradecer la hermosa obra de Dios en la creación. En la Biblia encontramos muchos textos que admiran la creación y alaban a Dios por ella. En concreto los salmos, plegaria del pueblo, nos ayudan a realizar una acción de gracias a Dios por la obra de su creación. Hoy se les invita a orar y reflexionar en familia a partir del salmo 57.
Lectura:
Leer en familia el versículo 6 del salmo 57:
«¡Elévate sobre los cielos, Dios, y que tu gloria se extienda sobre toda la tierra!»
Sal 57, 6
Meditación individual y familiar:
Se pueden servir de estas ideas para meditar sobre el texto antes leído.
Este salmo revela una de las verdades más hermosas sobre la relación de Dios y la creación. Cuando nosotros tenemos la oportunidad de entrar en contacto con la belleza de la creación, cuando vamos a un parque o hacemos un paseo en familia en un hermoso bosque nos preguntamos: ¿de dónde viene tanta belleza?
Nosotros como creyentes, al contemplar la grandeza de la obra de la creación, concluimos que todo esto es bello porque es creado por Dios. Este salmo nos revela una verdad hermosa que nos permite responder a esta pregunta. Todo es bello no sólo porque ha sido creado por Dios (cf. Gn 1, 4) sino que todo es bello porque tiene la huella de su creador.
Para el pueblo de Israel Dios, el Santo, mora en el cielo, pero, como dice el salmo, su gloria se extiende por toda la tierra. La gloria de Dios es para el AT la huella del Dios bello, bueno y verdadero en todo lo creado. Dios ha dejado su marca, su huella, su impronta en todo lo que nos rodea. Es bueno detenerse un momento y contemplar alrededor y preguntarse: ¿Dónde está la huella de Dios? ¿Soy capaz de percibirla? ¿Ayudo a mis hijos a que descubran esa belleza y a agradecerla?
Siguiendo esta verdad manifestada en la escritura, nosotros los cristianos sabemos que Dios no está lejano, sino que, en cierto sentido nos abraza en todo lo creado. Todo lo que Dios hizo tiene una impronta suya que nos hace voltear la mirada al cielo con un profundo agradecimiento. Cuando la naturaleza nos asombre es momento de remitirnos al creador. Es oportunidad para realizar una acción de gracias sincera y consciente. Dios todo lo hizo bello y nosotros los hombres estamos llamados a proteger la creación y mantenerla según el designio de Dios.
Se pueden dejar unos minutos de silencio para la meditación personal.
Oración:
Para que todos puedan participar en la oración es bueno tener una copia para cada miembro de la familia.
Padre creador, Dios de la gloria, ante la grandeza de tu obra creadora nuestra alma se eleva en una profunda admiración y una sincera acción de gracias. Todo lo que has creado es bello porque lleva la impronta de tu gloria. Enséñanos a no opacar esa belleza, sino que al contrario hacerla brillar con más fuerza. Que nuestra admiración se convierta en compromiso que nos lleve a cuidar y proteger nuestra casa común. Amén.
Compromiso:
Después de haber leído, meditado y orado con la Palabra de Dios ésta nos debe mover al compromiso. Como cristianos debemos dejarnos transformar por la Palabra de Dios para vivir según su mensaje. Hoy, después de meditar sobre la huella de Dios en lo creado, es bueno comprometernos a llevar a cabo la misión encomendada por Dios a nuestros primeros padres (cf. Gn 1, 28). Comprometámonos hoy, partiendo del asombro y la acción de gracias, a cuidar nuestra casa común para que se cumpla el designio de Dios sobre ella.
